Los días 25 y 26 de febrero compartimos con nuestras Hermanas de la provincia Nuestra Señora de la Altagracia, residentes en República Dominicana, la experiencia vivida en el II Encuentro General de Hogares celebrado en Madrid, en octubre de 2016.
De la mano de Nuestra Madre la Virgen del Carmen iniciamos el Encuentro, dejando resonar en cada una de nosotras la pregunta ¿Somos Jesús para nuestros niños y jóvenes?
La Señora Ghislaine Rivera, psicóloga del Hogar Teresa Toda de Villas de Loiza, Puerto Rico, Las Hermanas Josefina Acevedo y Norma Matar de los Hogares Teresa Toda de Azua y Villas de Loiza respectivamente, hicimos un rápido recorrido del itinerario vivido en el Encuentro de Hogares. Destacando lo importante que fue para nosotras el compartir nuestras experiencias, la realidad de cada lugar y reflexionar juntas sobre los elementos comunes y lo que nos fundamenta y da identidad partiendo del don de gracia y legado recibido de nuestras fundadoras.
Tocamos la realidad concreta de los Hogares de Azua y Puerto Rico, por ser de nuestra Provincia. Agradeciendo a Dios los talentos sagrados que pone en nuestras manos y el gran compromiso de ser para nuestras niñas y jóvenes, Madres, Maestras y Amigas.
Presentamos el documento Madres, Maestras y Amigas y la Hoja de ruta, del II Encuentro de los Hogares, donde recogimos la reflexión y proyectamos nuestro llamado a seguir siendo hoy Misericordia que toca la vida y la transforma y ser a la vez portadoras de esperanza en medio de nuestro mundo, trazando acciones concretas y progresivas.
Fue significativa la participación de Ghislaine, quien con propiedad y sentido de pertenencia destacó la tarea que realizamos en ambiente de familia, así como, el empeño de restaurar la dignidad de nuestros niños y jóvenes. Por lo que debemos acoger el gran reto de dar continuidad a esta obra de amor con creatividad y audacia.
Por último sentimos que en el momento histórico que como Congregación estamos viviendo, de revitalización y reestructuración, el retomar nuestra presencia y misión en los Hogares, nos sitúa en los orígenes mismos del Instituto, lo que nos lleva a ahondar en nuestras raíces para reavivar el celo de nuestra misión en favor de la población más vulnerada: los niños, adolescentes y jóvenes en situación de riesgo y exclusión.
Hna. Norma Matar Acosta, ctsj
